Intro:
Esto es un canto a la supervivencia de lo
que queda de una raza, de una lengua.
Enseña la historia, escucha lo que cuenta la leyenda sobre una tierra
que un pasado encierra. Testigo del caído, del rey vencido, de raza
esclavizada, lengua olvidada y conquistada.
Lucha a cuerpo desnudo que con el invasor no pudo,
solo con coraje y piel de escudo.
Rompió su lanza, su guerra descansa, el aborigen ya no avanza.
Noventa y cuatro años de contienda a la venta en una tienda.
Indígenas por cientos con un futuro incierto, vendidos. Dolor por lo que
son y lo que han sido. De grandes Reyes libres a esclavos convertidos.
Mi vida y mis costumbres, mi sangre dividida.
Mi tradición, mi nombre, mi identidad perdida.
Junto a mis sentimientos dicen lo que yo siento.
Me debes creer cuando grito al viento y digo que
Soy un Mencey de mi propio mundo el Rey.
No hay fuego que queme a mi hermano Guanarteme.
Yo soy un Mencey de mi propio mundo el Rey.
No hay fuego que queme a mi hermano Guanarteme.
Estribillo:
Por mi nombre llámame.
Abre, entra y quédate.
Esta es mi casa,
Esta es mi raza.
Regresa a la etnia, a la pura, a la fuerza isleña,
a la altura, presa de orgullo, hermosura.
Lección de bravura, de corazón, bendición,
remedio y cura de maldición. Lucha por el eco que aún se escucha,
del Rey insumiso que murió, que al barranco saltó.
Renuncia a ser cautivo, resucita al nativo,
guarda siempre contigo lo que sobrevivió.
Reclama, mantén viva la llama,
defiende la memoria en el tiempo del Guanche de Anaga.
Legado de mi pueblo presente, década tras década en mi gente,
no leyenda solamente.
Mi vida y mis costumbres, mi sangre dividida.
Mi tradición, mi nombre, mi identidad perdida.
Junto a mis sentimientos, dicen lo que yo siento.
Me debes creer cuando grito al viento y digo que
Soy un Mencey, de mi propio mundo el Rey.
No hay fuego que queme a mi hermano Guanarteme.
Yo soy un Mencey de mi propio mundo el Rey.
No hay fuego que queme a mi hermano Guanarteme.
Estribillo
Tu y yo, todos somos Reyes, Canarios, Menceyes.
Un pueblo con personalidad propia, con nombre propio.
Nombres como Ruyman, Acaymo, Ayose, Guacimara, Yaiza, Gara.
Hacen que nuestra lengua sobreviva.