cuando menos te lo esperas va la vida y te sorprende
tanto tiempo de vacio que se llena de repente
he vuelto a ver a un buen amigo a mi colega de siempre
ese que nunca se olvida, ese que vive en tu mente
como celebrando un gol nos pegamos un abrazo
pareciamos dos crios nerviosos por encontrarnos
como te trata la vida, como te tratan los años
que alegria me da verte
y ver que en ti nada ha cambiado
y de repente se paro el reloj
y volvimos a cantar la envidia por jose,
un bocata, una cerveza por el callejon,
y senti con alegria como nos aplaudia el corazon,
y volvimos a ser guerreros por la libertad
y la luna nos prestó las llaves de toas las calles de la ciudad
y volvimos a sentirnos compañeros de los gatos
maullando en el tejado de la princesa del barrio
volvimos a ponerle pegamento a nuestras vidas
y a cantar por camaron en todas las esquinas
paseamos por el barrio rebuscando en sus paredes
los nombres de viejos colegas con los nuestros aparecen
eramos una familia que se divierte y se defiende
cuantas guerras en la espalda guiñandole un ojo a la suerte
y de repente se paro el reloj
y volvimos a cantar la envidia por jose,
un bocata, una cerveza por el callejon,
y senti con alegria como nos aplaudia el corazon,
y volvimos a ser guerreros por la libertad
y la luna nos prestó las llaves de todas las calles de la ciudad
y volvimos a sentirnos compañeros de los gatos
maullando en el tejado de la princesa del barrio
volvimos a ponerle pegamento a nuestras vidas
y a cantar por camaron en todas las esquinas
y volvimos a sentirnos como lobos callejeros
fabricantes de la risa, buscadores de respeto
volvimos a pretar el cinturon de nuestras vidas
y a cantar por camaron en todas las esquinas
y volvimos a ser guerreros por la libertad
y la luna nos prestó las llaves de toas las calles de la ciudad
y volvimos a sentirnos compañeros de los gatos
maullando en el tejado de la princesa del barrio
volvimos a ponerle pegamento a nuestras vidas
y a cantar por camaron en todas las esquinas
y volvimos a ser guerreros por la libertad
y la luna nos prestó las llaves de toas las calles de la ciudad
y volvimos a sentirnos compañeros de los gatos
maullando en el tejado de la princesa del barrio
volvimos a ponerle pegamento a nuestras vidas
y a cantar por camaron en todas las esquinas