La Cantata del Diablo
Cae la noche,
niebla eterna,
ocultarse ya la luz
frío llerno rompe hiela,
lagrimas del corazón,
sueña la vida que si he de morir,
trozos de miedo, es duro vivir,
sueños de muerte, desvelate,
santa condena, auto de fé.
En nombre de la única religión
dictamos sentencia y te condenamos
a la piadosa purificación
del fuego y del dolor,
en manos de Dios tu debes poner
tu alma, tu hacienda y todos tus pecados,
acepta a Cristo y encomiendate
pues pronto darás cuentas a él.
Diabulus in Gaia, Missit me Dominus.
Quisiera ser el viento para poder huir de mí,
que calle el silencio, enmudezca el terror,
quisiera no morir.
Me invantaré otra vida,
mis sueños decoraré
y los cubriré de tus besos -pensó-
quemad mi alma también
Reniegas de Satán de sus obras y sus vicios,
de la necromancia de la magia y del tarot,
yo soy la virtud de la Iglesia y sus principios,
si no te arrepientes tu alma se condenará.
Hoy la libertad se ha quedado dormida y en silencio,
Hoy la libertad ha cerrado por defunción.
Hoy la libertad se ha muerto de pena y melancolía,
Hoy no hay libertad, Hoy Dios no está aquí ni vendrá.
Quisiera ser olvido para nunca recordar
Quisiera ser brisa y así acariciar la vida una vez más
Que fría es la promesa de otra vida junto a Dios
Si en esta ni estuvo ni supo de él, la verá su ataúd
Antes de morir y que el fuego haga su oficio,
Acepteis a cristo, a su iglesia y su poder.
Renuncieis al Dios que ama la naturaleza,
Gaia son los mares del pecado y del terror.
Hoy la libertad se ha quedado dormida y en silencio,
Hoy la libertad ha cerrado por defunción.
Hoy la libertad se ha muerto de pena y melancolía,
Hoy no hay libertad, Hoy Dios no está aquí ni vendrá.
Hoy la vida llueve penas,
Gotas de desesperación,
Mis lagrimas son ríos venas,
Desangrandome el corazón.
La memoria de una mujer son los besos que recibió,
En tus labios yo viviré y en tu olvido yo moriré.
Hoy mis lagrimas se quieren suicidar,
acurrucadas, morir en tu piel,
Han nacido secas, tienen sed,
Mi llanto se quiere morir...
Como un beso prometido a tu alma es mi voz,
soy lo muerto y lo vivido, soy la calma soy tu Dios,
cierra los ojos y te llevaré donde los sueños se hacen canción,
la vida duele, te curaré, duérmete y sueña, te acuna mi voz.
Hoy mis lagrimas se quieren suicidar,
acurrucadas, morir en tu piel,
Han nacido secas, tienen sed,
Mi llanto hoy se quiere morir...
Si tus lagrimas se quieren suicidar,
guardalas pues vas a llorar,
llorarás océanos de Paz,
duermete ya no hay... ¡¡Dolor!!
En nombre de la libertad,
la fé en uno mismo y la paz,
quemad las banderas, no a la religión,
y que tu Dios sea canción compuesta con el corazón
y que tu país sea a donde te lleven los pies.
Missit me dominus,
Missit me diabulus,
Missit me Satanás.
Ahora al fin soy aire y mi maldición caerá.
El fin de esta iglesia muy pronto vendrá,
mi voz despertará.
Hoy la libertad se ha quedado dormida y en silencio,
Hoy la libertad ha cerrado por defunción.
Hoy la libertad se ha muerto de pena y melancolía,
Hoy no hay libertad, Hoy Dios no está aquí ni vendrá.
Padre nuestro, de todos nosotros,
de los pobres, de los sin techo,
de los marginados y de los desprotegidos,
de los desheredados y de los dueños de la miseria,
de los que te siguen y de los que en tí...
Ya no creemos.
Baja de los cielos pues aquí está el infierno,
baja de tu trono, pues aquí hay guerras, hambre,
injusticias,
no hace falta que seas uno y trino,
con uno solo que tenga ganas de ayudar nos bastaría.
¿Cuál es tu reino?,
¿El vaticano?,
¿La banca?,
¿La alta política?
Nuestro reino es Nigeria,
Etiopía, Colombia, Hiroshima,
el pan nuestro de cada día
son las violaciones,
la violencia de género,
la pederastía, las dictaduras,
el cambio climático.
En la tentación caigo diario,
no hay mañana en la que no esté tentado
de crear a un Dios humilde, justo,
un Dios que esté en la Tierra, en los valles,
los ríos,
un Dios que viva la lluvia,
que viaje a través del viento
y acaricie nuestra alma,
un Dios de los tristes, de los homosexuales,
un Dios más humano,
un Dios que no castigue, que enseñe,
un Dios que no amenace, que proteja,
que si me caigo me levante,
que si me pierdo, me tiende a su mano,
un Dios que si yerro no me culpe
y que si dudo me entienda,
pues para eso me dotó de inteligencia,
para dudar de todo.
Padre nuestro de todos nosotros,
¿Por qué nos has olvidado?,
Padre nuestro, ciego, sordo y desocupado,
¿Por qué nos has abandonado?