Voy a cantarles un corrido muuuy mentado
lo que ha pasado allá en el rancho de la flor.
La triste historia de un ranchero enamorado,
que fue borracho, parrandero y jugador.
Juan se llamaba y lo apodaban Charrasqueado
y era valiente y arriesgado en el amor.
A las mujeres más bonitas se llevaba
y en esos campos no quedaba ni una flor.
Un día domingo, que se andaba emborrachando,
a la cantina le corrieron a avisar:
'Cuidado Juan que ahora por hoy están buscando, poroto,
so muchos hombres, no te vayan a matar!.
No tuvo tiempo de subir en su caballo,
pistola en mano se le echaron de montón.
'Estoy borracho' - les gritaba - 'y soy buen gallo',
cuando una bala atravesó su corazón.
¡Ayayayayaayyyy!
Creció la milpa con la lluvia en el potrero
ya las palomas van volando al pedregal
bonitos toros de valor y al matadero
¡qué buen caballo va montando el caporal!
ya las campanas del santuario están doblando
todos los fieles se dirigen a rezar
y por el cerro los rancheros van bajando
a un hombre muerto que lo llevan a enterrar
En una choza, el muy humilde echón de niño
las mujeres se acorcejan y se van. ¡areea!
sólo su madre le consuela con cariño,
mirando al cielo llora y reza por su Juan.
Así termino de cantar este corrido,
lo que ha pasado allá en el rancho de la flor (¡mas despacio!)
la triste historia de un ranchero consentido,
y fue borracho, parrandero y jugador.
- ¿¡Que no ven que tienen que ir más despacio, que no llego!?
¿¡A ver si es cierto!?
¿¡ No se dan cuenta que tengo tantos problemas!?
¡No puedo llegar, ¿ No ven que vengo de arriba rápido
y cuando llego acá a bajo ustedes ya están largando!?
- Perdone, patrón, no sabíamos nada, usted viene arrastrando
y no teme que cuando pegue la pijaronapa,
y usté mismo ahora viene y nos grita,
cuando antes nos había dicho que esto tenia
que ser más rápido, ahora que nosotros lo hicimos más rápido
y usted molesta, pues a usted no le cae bien nada,
entonces yo me voy a cantar, por muchísimo más dinero,
con... Luis Miguel, y que nos paga muchísimo más,
estamos más mejor, le damo una mano con el mariachi de él,
y por supuesto usted...