¿Quién lo sabe?
No lo se,
pero no caben tantas dudas en mi mente.
Estoy obsesionado sí,
ya lo se,
es que esto ha superado lo evidente.
Tu tormenta me ha vencido,
ha puesto a prueba mi paciencia,
mis sentidos,
me ha pisoteado como a un trapo,
me robó el motivo por lo que un día te amé.
Lo se...
Y aunque me jures otra vida,
no bastará;
aunque me ruegues te perdone,
no bastará;
aunque me evites la caída,
no bastará;
no bastará que me borre, me pierda, me quite.
Aunque me jures otra vida,
no bastará;
aunque me ruegues te perdone,
no bastará;
aunque me evites la caída,
no bastará;
no bastará que me borre, me pierda, me quite...
¿Quién lo sabe?
No lo se,
pero no cabe tanta angustia en mi cabeza.
Soy un descerebrado sí,
ya lo se,
es que esto ha desbordado mi conciencia.
Tu tormenta me ha vencido,
ha puesto a prueba mi paciencia,
mis sentidos,
me ha pisoteado como a un trapo,
me robó el motivo por lo que un día te amé.
Lo se...
Y aunque me jures otra vida,
no bastará;
aunque me ruegues te perdone,
no bastará;
aunque me evites la caída,
no bastará;
no bastará que me borre, me pierda, me quite.
Aunque me jures otra vida,
no bastará;
aunque me ruegues te perdone,
no bastará;
aunque me evites la caída,
no bastará;
no bastará que me borre, me pierda, me quite...
No basta con ponerle una venda al corazón
y continuar como si no fuera nada,
si esto no pasara entre nosotros.
No basta la suerte...
Y aunque me jures otra vida,
no bastará;
aunque me ruegues te perdone,
no bastará;
aunque me evites la caída,
no bastará;
no bastará que me borre, me pierda, me quite.
Aunque me jures otra vida,
no bastará;
aunque me ruegues te perdone,
no bastará;
aunque me evites la caída,
no bastará;
no bastará que me borre, me pierda, me quite...
(No bastará, no bastará, no bastará).