Mastico la lengua podrida de las churreteras
después ronroneo y me iré con el que dirán
si quieres medirme la cara, mi cara a que esperas
tendrás mi simiente, los dientes, para germinar
Cayeron torres harta del oro, cayeron noches como manadas de lobos
mientras caían los mediodías y yo decía y nadie me quiso escucha
venid aquí que no ay bastones que nos separen del mar
ni más razones para hartarnos de esperar
bajo este cielo que no llorara maná
me quise salir de el enjambre de bocas roñosas
que quieren subirme al madero para lapidar
menea en la panza y el hambre con las mariposas
no quiero saber de la danza y de su par titán
callaron voces, fueron de todo junto a las manos para acariciar los lomos
de tanta lumbre y muchedumbre que le estorban y le clavan a mi andar
fuera de aquí que no hay más leña ni mas fondo que rasgar
borrad el rastro para el que venga detrás, si quemo el pasto para no escuchar balar
y que se desangre el sol por las hiedras abiertas que quieren ser puertas de mi corazón
que se desangre el sol
y en los dobladillos me guardo cuchillos que apagan las velas
que son la cancela de nuestro corral
que amagan al aire que esperan a amainen el hervir de cazuelas
donde menos duela los voy a clavar
y en cada laguna que duerma la luna en las callejuelas
en las que me esperan mi cuarto de pan
en la luz borrosa en la que se posa y fallece la pena
donde menos duela
quedo el sopor de los normales que sus bostezos van sembrando barrizales
y yo me empeño en vender sueños en portales donde nadie habita ya
y yacerán junto a mis huesos besos que no quise dar
ojos de yeso de arañar el ventanal de los posesos que se olvidan de olvidar
y en los dobladillos me guardo cuchillos que apagan las velas
que son la cancela de nuestro corral
que amagan al aire que esperan a amainen el hervir de cazuelas
donde menos duela los voy a clavar