Beto Cuevas, Mauricio Clavería y Pedro Frugone no son nombres nuevos para los fanáticos de la música: la historia del trío conforma en cierto modo la ‘banda sonora’ de las vidas de millones de chicos y chicas que crecieron escuchando sus canciones en la radio a todo volumen.
Es imposible pensar en el rock en Latinoamérica sin dedicarle uno de los mayores capítulos a LA LEY. Desde su formación en Chile, en 1987, la banda revolucionó los hasta entonces ultra estructurados conceptos de la escena rockera del país austral y avanzó veloz en su viaje sonoro, generando un inconfundible y melodioso lenguaje musical y una fuerte estética propia, hoy sellos inconfundibles dentro de la propuesta del grupo.
Catorce años, siete discos y decenas de premios -incluidos
un Grammy y un Grammy Latinos- después de aquel comienzo, LA LEY es uno de los pilares del pop-rock en castellano. Cada nuevo álbum, cada tema, cada vídeo, refleja el crecimiento de un combo que sorteó fronteras con inteligencia y arte, que conquistó escenarios en toda Latinoamérica, Estados Unidos y España, y que cosechó en el camino el reconocimiento de sus seguidores, sus pares, la crítica especializada y los miembros de la industria.
La travesía no fue fácil: en la senda la banda perdió integrantes entre ellos a Andrés Bobe, guitarrista y miembro fundador del combo, que falleció en un accidente automovilístico en abril de 1994-, y debió reinventarse a sí misma, contra la adversidad. Como reza la letra de Día Cero, uno de sus temas ya clásicos, LA LEY ‘sopló cenizas de su ayer’ y renació a una nueva etapa, que marcó finalmente su consagración internacional y la alineación de trío [Beto Cuevas (voz), Mauricio Clavería (batería) y Pedro Frugone (guitarra)] que mantiene hasta el presente.
El resto es ya parte de la historia, de una historia que el grupo aún hoy sigue escribiendo, y en letras mayúsculas.
Los Comienzos
LA LEY comenzó su trayectoria profesional a fines de los tumultuosos años 80 en Chile, una época de absoluta ebullición creativa en toda Latinoamérica.
En aquellos días, la banda manejaba el formato de quinteto, con los hasta hoy miembros Cuevas y Clavería, más Andrés Bobe en guitarra, Luciano Rojas en bajo y Rodrigo Aboitiz quien se alejaría del grupo poco tiempo después- en teclados.
Juntos graban DESIERTOS (1989), placa editada en forma independiente y actual objeto de culto para los más antiguos seguidores del combo.
Pero no sería sino hasta el lanzamiento de DOBLE OPUESTO (1991) producción que marcó una suerte de ‘debut oficial’ del clan- que LA LEY se afianzaría como una propuesta seria ante los muchas veces descreídos ojos de la prensa chilena. El álbum incluía la rítmica Prisioneros de la Piel y un delicado cover de un himno de los Rolling Stones, Angie, que se había lanzado como single aún antes de la salida del LP.
El éxito de DOBLE OPUESTO le permite a la banda subir uno de sus principales escalones en sus inicios: son invitados a participar del célebre Festival de Viña del Mar, uno de los eventos de mayor relevancia musical en Latinoamérica.
En 1993, el grupo edita LA LEY, disco con el que comienza a ganar territorio en su proyección internacional, fundamentalmente en México. Siempre fieles a mantener el concepto de una imagen vanguardista, realizan para acompañar el lanzamiento de la placa dos videos con una poderosa estética: Auto-Ruta (realizado en Miami y cuyas imágenes sorprendieron por su audacia para la época), y Tejedores de Ilusión, que resultó nominado en la categoría de Mejor Video Latino en la cadena MTV.
Éxito y Desventuras
A comienzos de 1994, LA LEY se había ganado ya un espacio propio en Latinoamérica: crecían las presentaciones, surgían nuevas giras y la banda se preparaba con fuerza para entrar a grabar el que sería su siguiente trabajo de estudio.
No obstante, la adversidad iba a tocar el destino del grupo, y en abril perdería la vida Bobe, luego de un concierto a beneficio en la capital chilena. El duro golpe sacude los cimientos de LA LEY, que ante el dolor opta por continuar ejerciendo la pasión que los había unido desde el primer día con Andrés: la música.
Para ello, Cuevas, Clavería y Rojas invitan nuevamente a Aboitiz a formar parte de la banda, y convocan también a un guitarrista largamente elogiado por LA LEY, Pedro Frugone, quien se incorporaría de inmediato y formaría parte activa de la grabación de la siguiente placa, INVISIBLE (1995), realizada en Los Angeles, con el reconocido Humberto Gatica como productor.
El disco es un instantáneo éxito sólo en México vende en los primeros meses 400 mil copias- y uno de los trabajos más logrados de los chilenos. El larga duración agrupa canciones que se volverían clásicos incondicionales, como Animal, Día Cero y El Duelo, y que coronarían a Cuevas como letrista-poeta, que a menudo expresa con claridad y profunda belleza sus sentimientos sobre la paz, el amor, las relaciones, la espiritualidad o los complicados caminos de la humanidad.
LA LEY emprende entonces una gira de presentación de INVISIBLE que los llevó a pisar los más reconocidos escenarios de Latinoamérica (llenaron dos noches consecutivas el Auditorio Nacional de México) y Estados Unidos en dos años y más de 120 conciertos.
El sucesor del exitoso INVISIBLE fue VERTIGO (1998), grabado en Nueva York, un disco que marcó tendencia dentro del rock en español por su concepto futurista. El advenimiento de VERTIGO trajo consigo la partida definitiva de Aboitiz de la banda, y poco después, en medio del tour de presentación, la de Luciano Rojas. Las deserciones convierten a LA LEY en el trío que, una vez más, fortalecido ante las contrariedades, conquistará el éxito definitivo de la mano de Cuevas, Clavería y Frugone.
La Consagración
Más sólida que nunca, la banda recibe el 2000 con el lanzamiento de UNO, placa concebida entre Montreal, Canadá, y Los Angeles, y que demuestra la madurez de los tres músicos a nivel artístico. Las melodías adquieren en UNO (Aquí, Fuera de mí, Paraíso) una innegable calidad instrumental, y LA LEY se alza gracias a este trabajo con un premio GRAMMY al MEJOR ALBUM DE ROCK ALTERNATIVO LATINO, cuatro nominaciones al GRAMMY LATINO, dos nominaciones al Premio Lo Nuestro y otros galardones latinoamericanos (Premio GARDEL Argentina-, cuatro Premios APES Chile-), etc.
Finalmente, el 2001 sería el año de consolidación de la banda en Estados Unidos. Los estudios Disney los convocan para registrar en español y en inglés- Siempre (o Everytime), tema central del filme Crazy/Beautiful, y la cadena MTV los invita a participar de su célebre ciclo de conciertos acústicos Unplugged, que se graba en vivo en Miami a fines de junio de ese año, nuevamente bajo la producción de Humberto Gatica y contando con la mexicana Ely Guerra como invitada para una exquisita versión de El Duelo.
Con aires místicos, íntimos, LA LEY UNPLUGGED es una travesía al corazón de la banda. El CD recibe Discos de Oro y Platino en todo el continente americano, consigue tres nominaciones al GRAMMY LATINO y llevandose el galardon al MEJOR ALBUM VOCAL ROCK DE GRUPO, dos MTV AWARDS (MEJOR ARTISTA ROCK y MEJOR GRUPO DEL ANO), dos PREMIOS LO NUESTRO (MEJOR ÁLBUM ROCK y MEJOR INTÉRPRETE DE ROCK DEL AÑO, por El Duelo), varias nominaciones a los Premios Billboard Latin y un galardón ASCAP a Beto Cuevas, como compositor por Mentira.
La fuerte repercusión de la placa lleva al grupo nuevamente en un intenso tour al que bautizan Gira por la paz- por toda América y España, y se presentan en eventos como el CARACAS POP FESTIVAL, en el que actúan también Alanis Morissette y No Doubt. Beto Cuevas participa en otra banda sonora, esta vez con Estrellas que dan Vida, versión en español del tema central de El Planeta del Tesoro (Treasure Planet).
Hoy, después de arduos meses de trabajo en Los Angeles, LA LEY le da la bienvenida a su nueva placa de estudio, LIBERTAD, grabada bajo la producción de Humberto Gatica y KC Porter.
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