Whitney Houston sale a escena y se hace silencio. Muchos saben que su forma de cantar aproxima al mismo cielo – dijo, una vez, un periodista. Cuando a mediados de los ochenta apareció Whitney Houston en la escena de la música internacional, algunos pensaron que se trataba de una nueva intérprete que, aún poseedora de una voz prodigiosa, tomaba el relevo de las grandes del soul del ayer a base de beber de su sombra.
No obstante, habiendo cosechado miles de premios a lo largo y ancho de todo el mundo, habiendo vendido unos 130 millones de discos y más de 50 millones de sencillos aproximadamente, habiendo influenciado la carrera de varios artistas de música pop y RandB (Kelly Price, Mariah Carey, Christina Aguilera o Jessica Simpson, entre otros), habiendo realizado duetos con intérpretes como Deborah Cox, Jermaine Jackson o George Michael, habiéndose consagrado como una de las grandes damas de la música en general,
más allá del enconsertamiento de la música negra o de cualquier música en particular, y de no poder entenderse la música de las dos ultimas décadas del siglo XX sin su voz, se puede decir que Whitney es mucho más que eso. Y no exageraban los creadores de la lista de las veintidós mejores voces de la música según la MTV al situarla en el tercer puesto.
La popular cantante norteamericana, y eventualmente actriz, vio la luz un 9 de agosto de 1963 en la ciudad de Newark, sita en Nueva Jersey. No es de extrañar que dedicara su vida a la música, pues, desde que nació, vivió rodeada de grandes y reputadas personalidades del soul, a las que, mas que alargar su ya larga sombra, vino a darle prestigio, hazaña casi imposible si se acerca uno a tal misión. Así, es hija de Cissy Houston, prima de Dionne Warwick y aijada de Aretha Franklin. Desde muy temprana edad, y siendo de religión baptista, se educó en un colegio católico y se formó en el coro góspel infantil de la iglesia New Hope Baptist, sin ser extraño que se la viera acompañar a su madre en los conciertos o que hiciera apariciones en sus álbumes (Think It Over, 1978) o en los de Chaka Khan, Jermaine Jackson o Lou Rawls. Con todo ello, no sorprende que a los dieciséis años ya participara como voz principal en la canción Life’s A Party de la banda de Michael Zager o que, pocos años más tarde, grabara la canción Memories para el conjunto Material (extraída del álbum One Down). No obstante, no le son ajenas algunas participaciones en comedias para la televisión (Gimme Break o Silver Spoons, aunque no lo consiguió en The Cosby Show, que fue a parar a manos de una olvidada Sabrina Le Beauf) ni demás escarceos en el mundo de la moda, que la hizo portada de publicaciones como Seventeen o Glamour; aunque la huella imborrable apareciera en el mundo de la música, donde reinaría como nadie, desde que en 1983 firmara un contrato de grabación con Arista Records, poco después de que Clive Davis, productor y mandamás de la compañía, la escuchase en un club nocturno junto a su madre. Así, como medio de prueba, grabó la canción Hold Me dúo con Teddy Pendergrass para su álbum Love Language. Un puesto cincuenta en la lista de éxitos pop norteamericana y el quinto en la de RandB bastaron para materializar lo que iba a ser su primer álbum de estudio. El mito Whitney acababa de nacer.
En 1985 y a sus veintiún años vio la luz su primer álbum bautizado con su nombre, que se asentaba en la fuerza interpretativa de su voz y en unas grandes piezas pop-RandB, características que repetiría en sus siguientes albúmenes y sobre la que se asienta gran parte de su reputación. Si se saldaron veinticuatro millones de copias internacionales y tres números uno fueron su abanderado, canciones como You Give Good Love, Saving All My Love For You, How Will I Know o Greatest Love Of All nos quedaron para la posteridad. Su segundo álbum, tras la aclamada gira The Greatest Love Tour, bautizado llanamente como Whitney en 1987, siguió las características de su predecesor hasta convertirse en el primer álbum de una artista femenina en llegar al número uno en el mercado anglosajón. No obstante, logró siete números uno consecutivos en EEUU, record que hasta entonces compartían The Beatles y los Bee Gees con seis en cada haber. I Wanna Dance With Somebody (previamente Im Gonna Dance With Somebody para su gira de 1986), Didn We Almost Have It All, So Emotional o Where Do Broken Hearts Go? contribuyeron plenamente a ello. Para cerrar la década, en 1989 Whitney creó la fundación benéfica para niños The Whitney Houston Foundation For Children, involucrada en el cáncer, el sida o la problemática de los niños si hogar. El tercer álbum, Im Your Baby Tonight, se comercializó en 1990 con una gran acogida de público y crítica, saldado con unos diez millones de copias, la respectiva gira o los cuatro premios Billboard. Los temas Im Your Baby Tonight, All The Man That I Need, Miracle (aunque politizando el aborto como un error, no deja de ser un bello tema), My Name Is Not Susan o I Belong To You, a duo con Steve Wonder, le dieron crédito. Se gravó el himno nacional (The Star Spangled) como sencillo, tras su interpretación en la vigésima quinta edición de la Super Bowl, para recaudar fondos para la Cruz Roja.
El resto de la década lo dedicó a su faceta como actriz, que explotó, con la crítica ampliamente dividida, en tres películas un tanto comerciales pero que no llegan a la mediocridad (El Guardaespaldas, Esperando Un Respiro y La Mujer Del Predicador en 1992, 1995 y 1996 respectivamente). Y aunque demostrase con ello que lo suyo es cantar, como bendiciones para sus millones de seguidores lo serán las bandas sonoras de las mismas, para la de El Guardaespaldas versionó a su estilo el bellísimo clásico country I Will Always Love You, que se ha convertido en uno de los sencillos más vendidos de toda la historia y la canción inmortal por la que se recordará a Whitney Houston, en perjuicio de la sombra que no merece la original de Dolly Parton. La versión del clásico I’m Every Woman de Chaka Khan y los temas I Have Nothing (nominada para el Óscar), Run To You o Queen Of The Night se han convertido en todo un bagaje en su más que consolidada carrera. Para las demás, destacan unos bellos temas tales como Exhale (Shoop Shoop) o Count On Me, a dúo con CeCe Winans, para la del 95, y I Believe In You And Me o Step By Step, escrita por Annie Lennox, para la del 96. La banda sonora de esta última película se ha convertido en el álbum góspel más vendido de la historia y vio cumplido el sueño de la diva de gravar un álbum íntegramente en tal estilo. Antes de dejar de trabajar para el cine cantó en un fantástico dúo, junto a Mariah Carey, el tema principal When You Believe, para la película de dibujos animados El Príncipe De Egipto. La ceremonia de los Óscar de 1999 la galardonó con una estatuilla a la mejor canción.
Sus siguientes álbumes se ponían al día, en cuanto a sonido moderno se refiere, sin dejar nunca a un lado su inconfundible estilo; aunque cierto es que se ahora decantaba más por el RandB que por el pop, a la inversa que en los predecesores. El esperado álbum My Love Is Your Love, del 2000, cayó como una bola de fuego sobre el mercado y vendió unos diez millones de copias en todo el mundo, depositando gran parte de su reconocimiento en aquellos buenos temas que siempre la han caracterizado. Its Not Right But Its Okay, My Love Is Your Love, I Learn From The Best o Heartbreak Hotel no desmerecen en absoluto de sus temas más populares. La carrera de los siguientes álbumes, Just Whitney, un tanto más comercial, y One Wish: The Holiday Album, de canciones clásicas navideñas, se vieron oscurecidos por salpicar a su vida profesional los conflictos que rodeaban a Whitney en su vida personal. Así, tras muchos desplantes con la prensa rosa, la artista reconoció que consumía cocaína y marihuana, situación que se ha venido a agravar en estos días con la filtración de imágenes escabrosas de su penoso estado, que ya dejaba reflejo en su cadavérica figura cuando se embarcó en la gira Divas Soul, junto con Natalie Cole y Dionne Warwick. En otro aspecto, para la televisión grabó una versión de la Cenicienta en 1997 y dos trabajos para la productora Disney en el 2003.
En cuanto a su vida privada, mucho se rumoreó sobre sus relaciones con Jermaine Jackson, Eddie Murphy o Randall Cunningham, aunque finalmente se casó el 18 de julio de 1992 con el cantante Bobby Brown en New Jersey, con el que, un año más tarde, tuvo a una niña, llamada Bobbi Kristina, a la que se le puede escuchar junto a su madre en las canciones My Love Is Your Love y en Little Drummer Boy.
Habiendo recibiendo seis premios Grammy, varios American Music Awards, Billboard Music Awards, dos Emmys, un MTV Video Music Award y un MTV Movie Award, el productor Clive Davis, al serle preguntado el puesto de Whitney Houston en la historia de la música, dijo que solo podía encontrarse allá donde se codeaban las más grandes, junto a Aretha Franklin y Barbra Streisand.
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